15 febrero 2011

La Lengua y su Definición


Para llegar a una definición mínimamente convincente, debemos recurrir al Estructuralismo. Esta corriente consiguió el despegue de la linguística. El primero en ponerla en práctica fue Saussere con su "Libro de Lingüística General".

Lo primero que intenta el autor es que comprendamos por qué es difícil la idea de lingüística, ya que el lingüísta no se encuentra con un estudio previo de la lengua como punto de partida:
"Lejos de preceder el objeto al punto de vista, es el punto de vista el que crea el objeto".

Cualquiera de los puntos de vista que se adopten representan dos caras que se corresponden, donde cada una no tiene valor sin la otra. A esto se le llama Binarismo Sausseriano.
Si observamos el objeto desde una única parte, recibiremos la información sesgada, pues perderemos la percepción de esa realidad. En cambio, si observamos todos los puntos de vista a la vez, la lingüística se convertiría en un amasijo de ideas confusas sin conexión entre sí.

Por ello necesitamos centrarnos en la Lengua. Solo ella puede medir mediar como norma de toda manifestación del lenguaje.

"La lengua es una parte del Lenguaje".

La lengua es el producto social de la facultad del lenguaje (naturaleza social) y es un conjunto de convenciones necesarias adoptadas por el cuerpo social para permitir el ejercicio de esta facultad en los individuos.
A este principio de clasificación se le podría objetar que el lenguaje descansa en una facultad que tenemos de la naturaleza, mientras que la lengua es una cosa adquirida, que debería subordinarse al instinto en lugar de imponerse a el.

El lenguaje hablado no es natural en el hombre, lo natural es que sea capaz de adquirir una lengua. La lengua es un sistema de signos distintos que corresponden a ideas distintas.

El argumento final es que la facultad de articular palabra solo se ejerce con ayuda del instrumento creado y suministrado por la colectividad. Por tanto, no es descabellado pensar que es la lengua la que hace la unidad del lenguaje.

Problemas del editor crítico (Historiador de la literatura)


El editor crítico se enfrenta a diferentes cuestiones a la hora de estudiar y organizar un texto:

- Autoría -> Se trata de descubrir quién es el autor, sobre todo en textos antiguos de autores anónimos, ya sea por motivos de represión política o simplemente porque el concepto de autoría no era importante en determinadas épocas.
~ Atribuciones: Una obra puede estar atribuída a un autor, aunque no quede clara su autoría. Para descubrirla podemos comparar el texto a datar con el de otros autores, documentos personales, cartas o alusiones en la misma obra.

- Datación -> Consiste en poner fecha a un texto. En esto influye la gramática, la sintáxis, el léxico, la grafía, el vocabulario empleado o las alusiones históricas.

- Distintas versiones de una obra -> Para esto tendremos en cuenta diferentes factores:
~ Recensio: Se reúnen y todos los escritos y variantes de la obra, solo aquellos que nos interesen.
~ Collatio: Se cotejan dichos escritos.
~ Stemma Codicum: Es una genealogía de la obra. Se trata de reconstruír cuál es el texto original y cuáles las copias para descubrir la edición ideal.
*Editio Princeps -> Es la primera edición de una obra. El motivo que nos puede llevar a rechazar esta edición es que el autor haya editado una segunda con sus propias correcciones. A esta edición se le llama Edición de última mano.
~ Emendatio: Es la corrección de errores de un texto.

Historiadores y filólogos deben también aclarar las palabras, es decir, el significado lingüístico del texto. También interesa el génesis de la obra; cuándo fue escrita por su autor, en qué momento de su vida, a qué época se corresponde...
Igualmente, el historiador debe descubrir las fuentes de una obra y estudiar el éxito de recepción del público lector.