23 noviembre 2010

Indeterminación, sinonimia, metéfora, et al.

Apuntes de clase del día 23 de noviembre de 2010

La indeterminación se da cuando una expresión tiene un solo significado, pero el receptor no tiene suficiente información. Esto lo diferencia de la ambigüedad, pues está claro que sólo hay un único significado, pero el receptor demanda al emisor más información. V.gr.: Juan y Ana fueron al cine ayer. Esto tiene un solo significado, pero para determinados receptores puede haber indeterminación: ¿Fueron Juan y Ana en un mismo horario, fueron juntos, fueron a un mismo cine, etc.? Es decir, falta la información necesaria para establecer con claridad el significado de la frase.

La vaguedad se da cuando nos encontramos con un problema extralingüístico, cuando los límites de la realidad a la que hacemos referencia son difusos y no están claros. V. gr.: Mi amigo es joven. Aunque no haya indeterminación ni ambigüedad, ¿qué se entiende por joven?

La sinonimia se da cuando dos palabras tienen significados equivalentes. El problema se encuentra en establecer cuándo dos palabras significan lo mismo. Se puede entender esto cuando todos los significados coinciden. Si no, se da una sinonimia parcial. En otros casos, como pelo y cabello no hay sinonimia, sino hiperonimia de pelo con respecto al hipónimo cabello. En otros casos, como cariño y afecto, hay una oposición entre ambos por el grado de intensidad de su significado. Otros casos, como el de borracho y ebrio; o padre y papá, la existencia de sinonimia depende de si se incluye la connotación en el significado de la palabra. Para ello, debemos ir al idiolecto, el habla particular, de cada hablante, y si emplea ambos términos indiferentemente o no. Esto ocurre en muchos casos, como, por ejemplo, los eufemismos. Así pues, la sinonimia es un concepto muy complicado y subjetivo, porque depende de si incluimos lo subjetivo o la norma en el significado, etc. Hay, aun así, casos en los que la sinonimia es evidente: alquilar/arrendar.

Cuando dos palabras suelen aparecer juntas en la lengua (v.gr.: diametralmente opuesto), se da la colocación léxica. Los vocablos se neutralizan: Me pegó / dio / lanzó un grito. Así, entre pegar, dar y lanzar, hay una sinonimia puntual en las contextualizaciones, pero no se trata de sinónimos.

Hablamos de antonimia cuando negamos el significado de una palabra, es decir, cuando una palabra significa lo contrario de otra. Lyons habló de 3 tipos de antonimia:
·         Por contrariedad: frío y caliente. Cuando entre un vocablo y otro se puede incluir otro, es decir, hay una relación gradual. El agua estás fría implica que no está caliente; pero el agua no está caliente no implica que esté fría puede estar templada.
·         Por complementariedad: cuando no admite grados: verdadero / falso; vivo / muerto. Uno niega totalmente el otro: Juan no está vivo implica necesariamente que no está muerto.
·         Inversión: realmente no se trata realmente de sinonimia, como en padre / hijo. Aunque, realmente, el contrario de padre es no padre. No se trata de una complementariedad, sino de que se implican mutuamente.

La metáfora se da en diversos tipos, pero las más básicas son:
·         Antropomórficas: a partir de una parte del cuerpo humano, se crea una expresión: la manecillas del reloj; la columna vertebral de un proyecto.
·         Anomalísticas: utilizamos los animales: paso de cebra, Juan es un lince, Ana es una zorra.
·         La sinestesia mezcla palabra pertenecientes a distintos ámbitos sensoriales: Pepa es una persona fría.