29 mayo 2011

Conocimiento "inútil", Russell



(...) "Hay mucho que decir en cuanto al estrecho criterio utilitarista de la educación. No hay tiempo de aprenderlo todo antes de empezar a crearse un medio de vida, y no hay duda de que el conocimiento "útil" es muy útil. Él ha hecho el mundo moderno. Sin él no tendríamos máquinas, ni automóviles, ni ferrocarriles, ni aeroplanos; debemos añadir que no tendríamos publicidad ni propaganda modernas. El conocimiento moderno ha dado lugar a un inmenso mejoramiento en el promedio de salud y, al mismo tiempo, ha revelado cómo exterminar grandes ciudades con gases venenosos. Todo lo que distingue nuestro mundo al compararlo con el de otros tiempos, tiene su origen en el conocimiento "útil". Ninguna comunidad se ha saciado todavía de él, y es indudable que la educación debe continuar promoviéndolo.


También tenemos que admitir que buena parte de la tradicional educación cultural era estúpida. Los jóvenes consumían muchos años aprendiendo gramática latina y griega, sin llegar a ser, finalmente, capaces de leer un autor griego o latino, ni a sentir siquiera el deseo de hacerlo (excepto en un pequeño porcentaje de los casos). Las lenguas modernas y la historia son preferibles, desde cualquier punto de vista, al latín y al griego. No solamente son más útiles, sino que proporcionan mucha más cultura en mucho menos tiempo. Para un italiano del siglo XV, dado que prácticamente todo lo que merecía la pena leer estaba escrito, si no en su propia lengua, en griego o en latín, estos idiomas eran indispensables llaves de la cultura. Pero desde aquellos tiempos se han desarrollado grandes literaturas en diversas lenguas modernas, y el proceso de la civilización ha sido tan rápido, que el conocimiento de la antigüedad se ha hecho mucho menos útil para la comprensión de nuestros problemas que el conocimiento de las naciones modernas y su historia comparativamente reciente. El punto de vista tradicional del maestro de escuela, admirable en los tiempos del resurgir cultural, se fue haciendo cada vez más totalmente estrecho, ya que ignoraba lo que el mundo ha hecho desde el siglo XV. Y no sólo la historia y las lenguas modernas, sino también la ciencia, cuando se enseña apropiadamente, contribuye a la cultura. Es posible, por tanto, sostener que la educación debe tener otras finalidades que la utilidad inmediata, sin defender el plan de estudios tradicional. Utilidad y cultura, cuando ambas se conciben con amplitud de miras, resultan menos incompatibles de lo que parecen a los fanáticos abogados de una y otra" (...)




Bertrand Russell, Elogio de la ociosidad




16 mayo 2011

Los chimpancés aprenden a hablar, mentir y hacer poesías

Un matrimonio de investigadores estadounidenses desmontan el mito de que el lenguaje es el último bastión de singularidad humana tras 40 años de estudio.

Sergio Andreu (Efe)

El matrimonio estadounidense formado por Deborah y Roger S. Fouts ha dedicado su vida a combatir la idea de que el lenguaje es el "último bastión" de la singularidad humana y el resultado ha sido más de 40 años de trabajo con unos chimpancés que no sólo han aprendido a comunicarse con el lenguaje de signos, sino a mentir y hacer poesía.

Esta pareja de psicólogos comparativos del Instituto de Comunicación entre Humanos y Chimpancés de la Central Washington University, se jubilará el próximo verano sabiendo que han cumplido su misión y que han podido "cerrar la boca" a muchos científicos (entre ellos al lingüista Noam Chomsky) que durante décadas negaban esta posibilidad comunicativa, explicaron en una entrevista.

Los Fouts continuaron los trabajos iniciados en los años sesenta por otro matrimonio (los también psicólogos Allen y Beatrice Gardner) a quienes la NASA cedió la chimpancé Washoe después de que la agencia espacial abandonara su investigación con chimponautas.

Washoe fue introducida en un ambiente humano donde sólo se hablaba el lenguaje de sordomudos, una vía muy diferente a la de equipos que, décadas antes, habían intentado enseñar lenguaje oral a una chimpancé que en seis años sólo pudo pronunciar, y no claramente, cuatro palabras: "mamá", "papá", "taza" y "arriba", explicó Roger simulando los sonidos que salieron de la boca de la primate.

Los Gardner y su equipo, donde Roger era becario, creían que la vocalización de los chimpancés era involuntaria, como el sonido que hace un humano si se golpea el dedo con un martillo. Apostaron por aprovechar el movimiento natural de sus manos (como utilizan los ejemplares salvajes, con dialectos propios) y decidieron criar a Washoe como una niña sorda, con el lenguaje de signos de EEUU.

La primate aprendió más de un centenar de signos viendo cómo se comunicaba el equipo, y así podía pedir comida o que le rascasen, o expresar conceptos complicados como "estoy triste" o pedir perdón.

Pero la vida doméstica con Washoe se hizo complicada. Cuando los Gardner decidieron cederla a un centro de Oklahoma, Roger no quiso dejarla sola en aquel laboratorio -donde iba a pasarlo mal en jaulas junto a unos congéneres a los que llamaba "bichos negros"- y logró que la trasladaran con él a Washington para seguir investigando, hasta la muerte de la chimpancé en 2007.

En todos estos años, el matrimonio de investigadores, que ha pasado por Barcelona invitado por CosmoCaixa y la Fundación Mona, pudo ver cómo Washoe trasladó el lenguaje a su familia, Tatu, Dar y Loulis (una cría adoptada que aprendió los signos sin intervención humana) hasta niveles sorprendentes: llegaban a hablar ellos solos mientras miraban una revista, y son capaces de poner nombre a lo que ven en las fotos (bebida, comida, helado, zapatos, etcétera).

"Hablan como una familia; si unos discuten, se intenta poner paz; cuando Loulis le quitaba una revista a Washoe, ella le maldecía y le llamaba sucio", explicó Deborah, quien indicó que los primates también saben utilizar los signos para mentir.

Así se ve en una grabación en la que Dar hizo creer a Washoe que Loulis le había pegado y se tiró al suelo señalándole y pidiendo con signos a su madre un abrazo, que además acabó regañando al supuesto agresor, una infantil malicia típica de Bart Simpson o de un delantero en el área pequeña.

Más sorprendente si cabe fue otra grabación en la que uno de los chimpancés repetía "llorar, llorar; rojo, rojo; silencio, silencio; divertido, divertido", un enigma para el equipo hasta que un amigo poeta de la pareja apuntó que los signos de estas palabras eran similares y que se trataba de una aliteración de la lengua de signos, una composición poética.

"Hay evidencias de que son capaces de aprender los signos, de ordenarlos y conversar, tienen una sintaxis, incluso son capaces de inventar y transmitirlos", remarcó Roger Fouts.

Aunque se jubilarán de su trabajo en la universidad para dedicarse a sus cinco nietos a los que ven poco, reconocen que seguirán yendo a ver a sus otros nietos chimpancés. "No podemos decirles que tenemos 68 años y nos jubilamos; iremos a verles aunque ya no cada día", aseguraron.

Los Fouts se mostraron satisfechos durante la entrevista con la prohibición de las corridas de toros en Cataluña y confían en que se extienda al resto de España. "Con nuestros compañeros animales hemos tenido una relación de explotación, los hemos tratado como esclavos; ahora, aunque poco a poco, al menos estamos pasando al camino de compasión", afirmó esperanzado el científico.

Fuente: http://www.diariodesevilla.es/article/sociedad/976648/los/chimpances/aprenden/hablar/mentir/e/incluso/hacer/poesias.html

06 mayo 2011

El latinista Juan Gil Fdez. nuevo miembro de la RAE








Algo que quizás llegue con sorpresa y alegría al mundo grecolatino: Juan Gil Fernández -antiguo profesor y catedrático de nuestra universidad- ha sido admitido dentro de la Real Academia Española ocupando el asiento "e" que en su día ocupó el escritor Miguel Delibes. Enhorabuena y ojalá que nuestra academia se dé cuenta de la importancia de mantener a los clásicos.





Aquí está el enlace: