Quienes, por uno u otro motivo, hemos consultado alguna vez un documento del fondo antiguo de la Hispalense sabemos, de forma más o menos cercana, los enormes tesoros que guarda: desde manuscritos medievales a ediciones del XIX, pasando por numerosos incunables.
Entre este amplio catálogo, que se pone a disposición del que lo requiere sin más impedimentos que el haberse identificado previamente y los lógicos requerimientos derivados de la necesidad de conservación de tan valiosos documentos, con, es de justicia reconocerlo, una amabilidad y profesionalidad que son muy de agradecer a los bibliotecarios a su cargo.
Se trata de un patrimonio...